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Cantata 215: Alaba tu fortuna, bienaventurada Sajonia | Kantata 215: "Preise dein Glücke, gesegnetes Sachsen " |
Cantata Profana Compuesta en Leipzig |
El 5 de octubre de 1733, Augusto III fue coronado rey de Polonia en Cracovia. Un año más tarde, el rey y su esposa llegaron a Leipzig y Bach debió componer con premura una cantata que el Collegium Musicum estrenó el mismo día del aniversario. La ejecución se llevó a cabo ante la Casa Apel donde residía tradicionalmente la familia real, y estuvo precedida de una procesión de antorchas en la que participaron 600 estudiantes. "Hacia las 9 de la noche- escribió un cronista- los estudiantes brindaron con toda reverencia a su majestad el rey, una cantata con trompetas y timbales que el señor Kapellmeister Johann Sebastian Bach, cantor de Santo Tomás, había compuesto para la ocasión. Durante el acto su majestad el rey, la reina y el príncipe no abandonaron la ventana y escucharon complacidos y atentos".
En la partitura autógrafa la obra aparece como "Drama per musica" y también como "Cantata gratulatoria". Su libreto es de Johann Christian Clauder, maestro de escuela en Leipzig. La parte vocal comprende tres solistas (soprano, tenor, bajo) y un doble coro a ocho voces. La brillante orquestación incluye tres trompetas, timbales, dos flautas, dos oboes d'amore, dos violines, viola, fagot y continuo.
Por ser una obra de circunstancia, escrita para una ocasión concreta, no era fácil que se pudiera volver a ejecutar. Por ello Bach decidió salvar las partes que consideró más importantes empleándolas en obras de repertorio. Es así como la música del movimiento inicial reaparece en el Osanna de la Misa en si menor. La unión de los tronos de Sajonia y Polonia y su significado religioso es el tema de este coro y de los ocho movimientos restantes.
El primero de éstos es un recitativo del tenor en que de nuevo rinde homenaje al soberano. A los dos oboes que acompañan esta declamación se agregan las cuerdas en el aria que sigue, "Pueda el noble nombre de Augusto desafiar el poder de la muerte". Los movimientos cuarto y quinto, recitativo y aria, son para bajo. El primero es un recitativo "secco" que prolonga la alabanza. En el aria, Bach interpreta de manera realista un texto que denuncia a los enemigos polacos y franceses de Augusto. El oboe y las cuerdas ambientan este emotivo canto guerrero. Otra pareja de recitativo y aria ocupan los dos siguientes movimientos. En el recitativo, dos flautas acompañan la afirmación de que Dios protege el trono de Augusto. En el aria, las flautas se unen a las cuerdas para tocar una melodía que Bach utiliza en la parte cuarta de su Oratorio de Navidad. Para subrayar la clemencia de Augusto con sus adversarios derrotados, las flautas concertan con las cuerdas un sereno tema de reconciliación. La parte octava es un extraordinario recitativo para tenor, bajo y soprano. En este orden, cada solista declama su recitativo en medio de los estallidos de la orquesta. Y hacia el final se unen en un trío arioso. La cantata concluye con uno de los más solemnes coros bachianos. El coro le pide al Altísimo, "fundador de imperios y soberano de reyes", que consolide el trono de Augusto. Como en otras de sus cantatas profanas, Bach no es aquí un súbdito sino un creyente.
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