Esta obra fue estrenada probablemente el 23 de enero de 1729. El libreto, escrito por Picander, sigue el Evangelio del tercer domingo después de la Epifanía (San Mateo, 8/1 a 13), que relata dos curaciones obradas por Jesús: la de un leproso y la del siervo del centurión. Pero el tema evangélico lo toma Picander como pretexto para meditar sobre la muerte.

La obra consta de un preludio instrumental y cinco partes vocales: aria para tenor (que incluye un coral para soprano), recitativo para bajo, aria para contralto, recitativo para bajo y coral. La orquesta comprende oboe, dos violines, viola y continuo. Estos instrumentos los emplea Bach en el solemne preludio, que es una adaptación del adagio de su concierto para clave en fa menor (BWV 1056). La primera aria, "Ya tengo un pie en la tumba", se desarrolla sobre una serie descendente de notas sincopadas. Se diría -dice Schweitzer- que Bach tuvo ante los ojos el célebre monumento al mariscal de Sajonia en Santo Tomás de Estrasburgo, donde el escultor francés Jean-Baptiste Pigalle representó al príncipe descendiendo hacia el sarcófago. Mientras la orquesta esboza este cuadro, se escucha (en la voz de la soprano), el coral "Dios, obra conmigo según tu voluntad". Después de esta aria, sin duda el número más imponente de la cantata, viene el recitativo del bajo en el que, sobre un continuo de chelo y órgano, el solista implora la misericordia de Dios para que lo libre de una agonía bajo el peso del pecado. A partir del aria para contralto, que expresa la confianza en la voluntad divina, la cantata abandona el carácter trágico y solemne y adquiere un acento radiante. Después de un recitativo en el que el bajo expresa su reconocimiento al Señor, la obra concluye con el coral acostumbrado. El coro y los instrumentos entonan el himno de Kaspar Bienemann "Señor, dispón de mí según tu voluntad".