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Cantata 110: Nuestra palabra se llenará de alegría | Kantata 110: Unser Mund sei voll Lachens |
Cantata Religiosa Compuesta en Leipzig |
Destinada al Día de Navidad de 1725, esta cantata emplea un himno de Georg Christian Lehms basado en los versículos del Salmo 126 que dicen: "Entonces nuestra boca se llenará de risa y muestra lengua de alabanza... Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros". La obra es para soprano, contralto, tenor, bajo, coro, tres trompetas, timbales, dos flautas, tres oboes, fagot, cuerdas, órgano y continuo. Consta de tres arias (II, IV y VI), un dúo (V), un recitativo (III), más un coro y un coral como movimientos extremos
En el movimiento inicial el Cantor intercala un coro a cuatro voces entre las partes de la orquesta que son, con ligeros cambios, las mismas de la Obertura de la Suite No. 4 para orquesta. La diferencia más notable entre las dos versiones es que, en el coro de la cantata, se agregan dos flautas a los instrumentos que prescribe la Obertura. El carácter de la composición corresponde a la excepcional solemnidad del día. Lo mismo puede decirse de la sucesión de las tonalidades, que giran alrededor del Re mayor, tonalidad de las trompetas y de las celebraciones fastuosas, como bien señala Ludwig Finscher. El dúo para soprano y tenor (V) se basa en el "Virga Jesse floruit", página anexa del Magnificat (BWV 243a); en lo cual puede verse una doble alusión al texto de este himno latino y a la estrecha semejanza de las palabras evangélicas del dúo, "Gloria a Dios en las alturas" (San Lucas 2/14), con las palabras del Magnificat.
Finalmente, el valor simbólico de la instrumentación confirma el recogimiento y la alegría de la Navidad: las flautas, en la primera aria, simbolizan el humilde nacimiento de Jesús hecho hombre; los solemnes acordes ascendentes de las cuerdas, en el recitativo, describen la majestad del Señor; el oboe d'amore, en la segunda aria, representa el amor de Dios y de su Hijo por el género humano; y en la última, las fanfarrias características de la música marcial se transforman en el llamado que invita a los cristianos a recibir con alborozo la Navidad.
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