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Cantata 65: Vendrán todos los de Sabá
Kantata 65: Sie werden aus Saba alle kommen
Cantata Religiosa Compuesta en Leipzig

Aunque escrita para la fiesta de la Epifanía cuyo Evangelio narra la visita de los Reyes Magos al establo, el libreto de esta cantata de 1724 se inspira sobre todo en la parte del Libro de Isaías que habla de la futura gloria de Sión. Estimulado por un tema tan amable y sugestivo, el cantor compone una de sus cantatas más justamente famosas. Dice Ludwig Finscher que el encanto fantástico y oriental de la historia, así como la tierna adoración del niño en el pesebre, le inspiraron el coro inicial y el aria del tenor, dos de los más animados y entrañables movimientos de cantata. Pero el significado especial de la obra reside no sólo en las ideas musicales que el texto le inspira al compositor sino también en la suntuosa instrumentación, que incluye dos trompas, dos flautas dulces, dos oboes da caccia, cuerdas y continuo.

El versículo elegido dice: "multitud de camellos te cubrirá, oh Sión; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso y publicarán alabanzas de Jehová". Aunque la primera parte del versículo no se incluye en el libreto, Bach la toma en cuenta para brindarnos, en el coro inicial, la imagen de la caravana de los Reyes, pausada, solemne y opulenta. Este cortejo lo describe con ritmos solemnes y ondulantes y, en la fuga central, con un denso tejido polifónico. La coloración particular de la instrumentación confiere a este cuadro un tinte cálido y un "exotismo" sin igual. No menos inusitado es el hecho de que el segundo movimiento no sea un aria o un recitativo sino un coral: la versión alemana de la cuarta estrofa del himno latino "Puer natus est". El recitativo para bajo (III) se relaciona con el Evangelio del día, pero se aleja enseguida y definitivamente de la historia bíblica para darnos en cambio su exégesis en forma de homilía. Algo parecido ocurre en le aria para bajo (IV), cuyo texto alude al oro que los siervos del rey Salomón tomaron en la minas de Ofir, y lo compara con los tesoros del alma que Dios espera de su pueblo. El segundo recitativo (V) da un nuevo significado a los obsequios de los Reyes Magos: "el oro de la fe", "el incienso de la plegaria" y la "mirra de la paciencia". En el aria para tenor (VI) el cristiano ofrece al Salvador su amor ardiente. Con episodios concertantes a cargo de los instrumentos de madera y de cobre, la música recupera la exuberancia del coro inicial; pero la pompa se convierte ahora en devoción y en recogimiento. La cantata finaliza con un segundo coral ricamente armonizado.



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